Entrevista a un usuario muy particular de la biblioteca

Por: Victoria Guacaneme
La Biblioteca Pública Gabriel García Márquez recibe mensualmente miles de usuarios. Unos visitan la biblioteca por alguna necesidad de conocimiento específica; otros, por participar en la gran cantidad de actividades que ofrece; y algunos, sencillamente, por compartir un rato con sus amigos o familiares alrededor del libro. El caso es que todos y todas han encontrado en la biblioteca un lugar en el que pueden ser y sentirse como en casa.
Este es el caso de Jorge, como llamaremos a este usuario fiel. Él suele decir con entusiasmo “la biblioteca es mi segundo hogar”. Y tiene razón: la visita de martes a domingo, sin falta y pasa allí gran parte del día. Es precisamente por esto que ha decidido contar hoy para Macondo al día parte de su historia, la cual para tu sorpresa no es tan común como pensaríamos:
Hola querido usuario, gracias por acceder a contar tu historia. Cuéntanos un poco de ti: ¿de dónde eres originario? ¿Cómo llegaste a ser el usuario fiel de la biblioteca que eres hoy?
Gracias a ustedes por escuchar a este viejo. Bueno el nombre que escogí para mi es Jorge, así es como los demás usuarios frecuentes me conocen. Tengo ojos verdes, cabello castaño, mido aproximadamente 1.50 metros y ahora ando un poco subidito de peso, ya saben, la pandemia (risas) y últimamente no me han ayudado mucho las deliciosas empanadas que venden en la cafetería. Llevo más o menos 20 años viviendo en Bogotá, bueno para ser más preciso, en el planeta Tierra. Sí como lo escucharon, no soy originario de la Tierra.
Respondiendo a tu pregunta, de mi hogar natal recuerdo poco. Pero lo que les puedo decir es que nací y crecí en un planeta ubicado en la constelación de Andrómeda, muy parecido a la Tierra, en cuanto a su estructura física, molecular y a sus componentes químicos. En mi planeta también tenemos una organización social parecida, mi familia consta de seis integrantes, de los cuales soy el menor.
¿Cómo viniste a parar en la Tierra?, ¿desde un principio tuviste la intención de visitar nuestro planeta?
Mi llegada a la tierra ocurrió por accidente, pues me dirigía a otra galaxia en busca de nuevos minerales necesarios para una investigación que realizaba. No tenía la más mínima intención de visitar la Vía Láctea, ya que nos han recomendado no hacer pública nuestra existencia a los terrícolas pues consideran que aún les falta mucho para comprender los enigmas del universo. En realidad, lo que ocurrió fue que una ola de energía producida por la explosión de una supernova alcanzó a mi nave e hizo que todos los circuitos fallaran. No tuve más remedio que aterrizar la nave en el planeta habitado más cercano. Al entrar a la atmósfera la nave se desintegró, solo quedó la cápsula del pasajero la cual aterrizó en el fondo del humedal El Tunjo.
Perdí la conciencia y la memoria por alrededor de catorce años terrestres. Por suerte, mi estructura molecular está diseñada para adaptarse a cualquier entorno y mi cerebro es capaz de asimilar una gran cantidad de información de forma rápida. Así, logré salir sin ser visto pues era de noche. Pero la cápsula también se desintegró por protocolo de seguridad. Estaba solo en un planeta del cual no tenía mucha información, por eso decidí hacer lo que cualquier extraterrestre razonable haría para conseguir información del lugar en el que se encuentra y fue ahí donde conocí esta biblioteca.
¿Qué es lo que más te gusta de la biblioteca? ¿Por qué no has decidido volver a tu lugar de origen?
La biblioteca me ha permitido conocer la historia social de la Tierra. Además, me ha ayudado a adaptarme a la forma de vida que manejan en este planeta. Confío más en los recursos que aquí puedo encontrar (tanto físicos como digitales) que en los que hay en otros lugares. Además, me gusta gastarles bromas a los bibliotecarios, como esconder los libros, subir las revistas al tercer piso y, claro, también participó en todas las actividades que pueda en la biblioteca. Y me gusta que me escuchen, porque tengo mucho que decir y eso que me contengo lo más que puedo.
La verdad es que me siento tranquilo en la biblioteca porque puedo, de cierta forma, ser yo mismo sin temor a correr ningún riesgo, con mis, como lo llaman los demás, “teorías locas” sobre el universo (risas), pero puedo hablar porque en la biblioteca cualquier cosa es posible...
...Próximamente la segunda parte de la entrevista a este particular usuario de la biblioteca en su revista Macondo al día