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Mi primer día en la biblioteca

Biblioteca GGM
Daney Victoria Guacaneme Martínez, auxiliar de la Biblioteca GGM, nos cuenta su primer día en BibloRed

2 de febrero de 2021, 2:00 pm

Bienvenida a la Biblioteca Gabriel García Márquez.

Esas fueron las palabras del profesional de sala encargado del turno de la tarde ese día: "vas a comenzar con un recorrido para reconocer los espacios y presentarte a los compañeros". "Que emoción" pensé, aunque también sentía los nervios normales de todo primer día. Me presentaron a mi compañero guía, quien, con una sonrisa, después de darme la bienvenida, me comentó que íbamos a iniciar el recorrido por la sala general y finalizaríamos en la sección infantil.

Recorriendo los espacios me fijé en lo enorme de la colección (y eso que solo era la sala general), recordé entonces que antes de trabajar había visitado algunas veces esa biblioteca, pero solo en la sección de literatura y no me había tomado la molestia de recorrer los otros espacios. Yo miraba atenta, cada estante, mueble, persona que veía. El color caoba que acompañaba cada espacio me transmitía una sensación de calidez, también pensé "Qué curioso que tengan plantas dentro de la sala".

Miraba entre los estantes mientras el compañero me explicaba brevemente la forma de organización del material bibliográfico, pasamos por el área de Sonoteca y Videoteca, saludé a otro funcionario. "Mucho gusto, bienvenida, la organización es…", estas palabras las escucharía todo el recorrido, bajamos al segundo piso, en el cual se encontraba la sección de hemeroteca y cubículos, seguimos bajando, en el primer piso la sección de literatura que por suerte ya me era familiar.  "Ya te explicaremos a detalle cuando estés en cada punto fija", me dijeron. "Qué alivio", pensé, porque definitivamente era mucha información y eso que estábamos empezando hasta ahora.

Luego de varias presentaciones y explicaciones de organización, salimos de la sala principal hacia la sección de Distrito Gráfico, esta sala me llamó la atención por lo cómoda que se veía, todos los colores y formas eran diferentes de las otras salas, de inmediato me reproché a mí misma por no haber conocido antes este espacio. Ya para finalizar nos dirigimos a la sección infantil, pasamos por la ludoteca, internet infantil y la sala de literatura para niños, la verdad tengo que reconocer que a esta sala no le presté mucha atención, y es curioso porque al día de hoy ha sido el área que más me ha inspirado.

‘Tahuasuca Amaru Sua’

Huerta bosa
La Biblioteca Pública de Bosa tiene una huerta que llena de verde el espacio.

Por: Paula Andrea Sanabria Rodríguez, auxiliar Biblioteca Pública Bosa

 

Solo se necesita entrar, cruzar la gran puerta de vidrio para encontrar un pequeño oasis en medio de los libros, las mesas y los estantes. Un brillito verde lleno de vida en medio de un ambiente más estéril.


¿Será común encontrar un pequeño pulmón en medio de los libros? Un pedacito que recoge, produce y llena de oxígeno todo el resto del cuerpo bibliotecario. ¿O será quizá mejor considerarlo un útero? En donde llegan las pequeñas semillas para ser fertilizadas y cobijadas. En donde el calor, la humedad y el resguardo les permitirá echar raíces y crecer, llenando a toda la comunidad con la esperanza y la alegría de la vida.


Un gran rayo de sol abriga este remanso verde durante el día, aprovechando su proximidad con el ventanal, mantiene un ambiente cálido, tranquilo y ameno.


Una repisa de, quizá, un metro sostiene este pequeño homenaje a la vida. Allí la comunidad ha germinado y visto nacer plantas como lavanda, tomillo, romero, marihuana, fríjol, y otras pequeñas semillas. Bajo estas, colgadas, hay algunas botellas que sirven de matera para algunas suculentas completando el semillero que con amor es cuidado para tener nuevas plantitas en la huerta bibliotecaria Tahuasuca Amaru Sua.
 

Si yo fuese una biblioteca

Biblioteca GGM
En este texto, se nos cuentan las palabras que se usan en la Biblioteca Gabriel García Márquez

Por: Diana Carolina Yepes, auxiliar Biblioteca Pública Gabriel García Márquez

 

Biblioteca: def. Edificio o local donde se conservan un conjunto de libros ordenados y clasificados para su consulta o préstamo bajo determinadas condiciones.


Pero según Wendy Vanessa Gómez Velasco, auxiliar de la Biblioteca Pública Gabriel García Márquez, las bibliotecas son montañas, que estando en un mismo lugar permiten escalar y alcanzar metas; ella lo dice porque durante los cinco años que lleva en la Red, ha podido avanzar de un turno a otro: inició como auxiliar de 15 horas (solo fines de semana) y ahora está como auxiliar de 48 horas. Así como ella, muchos compañeros y compañeras han pasado de auxiliares a mediadores de lectura, profesionales de servicios, entre otros puestos. Sin duda alguna, bibliotecas sí pueden ser montañas.


Para Yeison Javier Pineda Castañeda, auxiliar de esta misma biblioteca, esta es una puerta abierta, pues te permite crecer y volar a otros lugares; pero si decides volver, siempre habrá un lugar esperando celebrar los nuevos conocimientos adquiridos (aplica solo para las personas que se percataron de dejar la puerta lo más abierta posible).


Para Hassleer Quintana Combita, usuario con discapacidad cognitiva, la biblioteca es su lugar de trabajo. Él fantasea con el hecho de ser un guardia de seguridad y con la complicidad de los compañeros de seguridad, una hoja y un esfero, se encarga de contabilizar la estadística de ingreso y salida de los demás usuarios.


Para la negra (una perrita), la biblioteca se convirtió en un refugio seguro o un hogar, entre todos le compramos la comida, jugamos con ella y la cuidamos. Así, las bibliotecas son un lugar para todos.
 

La Biblioteca Pública Bosa

Colaboradores
La Biblioteca Pública de Bosa no se concibe desde el silencio, sino desde la imaginación

Comúnmente, al pensar en una biblioteca, se imagina un lugar con muchos estantes llenos de libros, funcionarios muy serios, silencio, actividades únicamente enfocadas en la lectura y en donde posiblemente cada uno está sumergido en sus cosas sin reparar mucho en los demás. 


Si bien esta idea no es errónea, no es tan cercana a la realidad de la Biblioteca Pública de Bosa. Por ejemplo, esta no se concibe desde el silencio, al contrario, las risas, las charlas y la música hacen parte de este ambiente cotidiano en donde todos y todas tenemos espacio, importancia y validez. 


La Biblioteca permite satisfacer las necesidades de información de las personas, a la vez que se interesa por impulsar la herencia de saberes entendiendo la necesidad de reconocer, recuperar y compartir conocimientos de diferentes temas que atañen y son parte de esta colectividad: el costurero ecológico, la huerta bibliotecaria, los clubes de lectura, etc. Estos se constituyen como espacios en los que nos acercamos a los libros, a los saberes que unos y otras tenemos, así como también nos acercamos a cada persona que participa y frecuenta la biblioteca.


A partir de la huerta bibliotecaria, la terraza, el semillero, la colección huertera, el compartir de semillas y el diálogo se logran ejercicios de unidad entre la comunidad. Manos de mujeres fuertes y sabias cocinan resistencia desde las ollas comunitarias que cada 15 días nutren el ser de quienes acoge. Esta olla, tan preciada, se logra gracias a la unidad, el aporte y el trabajo en la huerta bibliotecaria de quienes se rehúsan a perder la conexión con la naturaleza y con las otras. 
 

Un día en 'el cementerio de los vivos'

Biblioteca Cárcel
Un día en la Biblioteca de la Cárcel por medio de sus palabras

Por: Por Óscar Mauricio Suárez, auxiliar Biblioteca Cárcel Distrital de Varones y Anexo de Mujeres

 

—¡Mañana nos vemos para la actividad. No olviden sus planillas!

Así les digo a los bibliotecarios al despedirme, luego de la jornada de la tarde. Con ellos estuvimos haciendo nuestras acciones: cargar y descargar planillas, organizar la colección, colocar rótulos y reparar libros.


En la mañana tuvimos la actividad de “visita guiada” en la Biblioteca, con 10 PPL (Personas Privadas de la Libertad) del Pabellón Básico. Fue genial, ya que ellos tenían la disposición de conocer la Biblioteca. Entre todos les mostramos las instalaciones y les contamos los detalles para participar en el V Concurso de Cuento Corto que este año estará dedicado a la Ciencia Ficción.


Uno de los “chicos” me preguntó si tenía los formatos para llevarle a un compañero de Autonomía, el cual tiene su cuento en borrador y lo quiere pasar en limpio. Le dije:


—Sí, por supuesto. Es más: lleve 2 formatos por si alguien más está interesado en inscribirse. 


Cuando salí de la Biblioteca, me encontré con mi compañera, la promotora de lectura. Me preguntó si había descargado los videos para el Club de Lectura de Ficción del día siguiente. Le respondí que sí: que había descargado el video que me recomendó y que, además, encontré otro que será útil para el Club. Me respondió: 


—¡Genial, está chévere! Me sirve. Gracias.


Por último, mi jefe me preguntó si había novedades al terminar la jornada. Le respondí que uno de los “chicos” lo llamaron a reseña. Posiblemente lo trasladen pronto. Me respondió diciendo: 


—Listo. Lo tendremos en cuenta para escoger el reemplazo de César en Básico. Ten listas las autorizaciones para las actividades de mañana. Gracias, Óscar”.


Y de esta manera termina una jornada más en esta Biblioteca, dentro del “Cementerio de los vivos”, como alguna vez se lo escuché a un PPL. Una jornada llena de movimientos, de actividades, risas, saberes, requisas, etc. Pero una jornada satisfactoria porque deja enseñanzas, como todos los días. Una jornada donde cada día se aprende algo nuevo: sea de un PPL o de un compañero de trabajo o de la cárcel misma. Más allá de las dificultades propias de un lugar como este, el trabajar en pos de la lectura, la escritura y la oralidad me enorgullece, me motiva y me permite darme cuenta de que cualquier persona tiene la capacidad y la oportunidad de ser mejor. Y aunque todos los días sean grises y naranjas, nosotros como Biblioteca la llenamos de color a nuestros usuarios. 
 

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