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Biblioteca Cárcel
Un día en la Biblioteca de la Cárcel por medio de sus palabras

Por: Por Óscar Mauricio Suárez, auxiliar Biblioteca Cárcel Distrital de Varones y Anexo de Mujeres

 

—¡Mañana nos vemos para la actividad. No olviden sus planillas!

Así les digo a los bibliotecarios al despedirme, luego de la jornada de la tarde. Con ellos estuvimos haciendo nuestras acciones: cargar y descargar planillas, organizar la colección, colocar rótulos y reparar libros.


En la mañana tuvimos la actividad de “visita guiada” en la Biblioteca, con 10 PPL (Personas Privadas de la Libertad) del Pabellón Básico. Fue genial, ya que ellos tenían la disposición de conocer la Biblioteca. Entre todos les mostramos las instalaciones y les contamos los detalles para participar en el V Concurso de Cuento Corto que este año estará dedicado a la Ciencia Ficción.


Uno de los “chicos” me preguntó si tenía los formatos para llevarle a un compañero de Autonomía, el cual tiene su cuento en borrador y lo quiere pasar en limpio. Le dije:


—Sí, por supuesto. Es más: lleve 2 formatos por si alguien más está interesado en inscribirse. 


Cuando salí de la Biblioteca, me encontré con mi compañera, la promotora de lectura. Me preguntó si había descargado los videos para el Club de Lectura de Ficción del día siguiente. Le respondí que sí: que había descargado el video que me recomendó y que, además, encontré otro que será útil para el Club. Me respondió: 


—¡Genial, está chévere! Me sirve. Gracias.


Por último, mi jefe me preguntó si había novedades al terminar la jornada. Le respondí que uno de los “chicos” lo llamaron a reseña. Posiblemente lo trasladen pronto. Me respondió diciendo: 


—Listo. Lo tendremos en cuenta para escoger el reemplazo de César en Básico. Ten listas las autorizaciones para las actividades de mañana. Gracias, Óscar”.


Y de esta manera termina una jornada más en esta Biblioteca, dentro del “Cementerio de los vivos”, como alguna vez se lo escuché a un PPL. Una jornada llena de movimientos, de actividades, risas, saberes, requisas, etc. Pero una jornada satisfactoria porque deja enseñanzas, como todos los días. Una jornada donde cada día se aprende algo nuevo: sea de un PPL o de un compañero de trabajo o de la cárcel misma. Más allá de las dificultades propias de un lugar como este, el trabajar en pos de la lectura, la escritura y la oralidad me enorgullece, me motiva y me permite darme cuenta de que cualquier persona tiene la capacidad y la oportunidad de ser mejor. Y aunque todos los días sean grises y naranjas, nosotros como Biblioteca la llenamos de color a nuestros usuarios.